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La fisura es una pequeña herida o desgarro que se produce en el ano.
Las fisuras anales son pequeñas grietas o desgarros en el revestimiento del canal anal.
Aunque pueden afectar a personas de todas las edades, son más comunes en adultos jóvenes. Las fisuras anales suelen ser dolorosas y pueden provocar molestias significativas durante y después de la defecación.
Los síntomas de una fisura anal pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen:
El diagnóstico preciso de una fisura anal es crucial para determinar el plan de tratamiento más adecuado. El Dr. Frasson utiliza una combinación de historial clínico, exámen físico y, en algunos casos, procedimientos adicionales como la anuscopia para confirmar la presencia de fisura y descartar otras patologías.
Durante la consulta médica, el médico proctólgo, Dr. Frasson, realizará una revisión detallada de los antecedentes médicos del paciente y llevará a cabo un exámen físico minucioso.
Durante el examen físico se incluyen diferentes pruebas médicas:
El Dr. Frasson, proctólogo experto, puede confirmar la presencia de fisura anal y descartar la presencia de patología tumoral rectal.
Por esta razón, es importante que en caso de presentar algunos de los síntomas anteriormente descritos, consultar a un especialista proctólogo para determinar las causas.
El Dr. Frasson puede hacer preguntas específicas sobre los síntomas experimentados como sangrado durante la evacuación, dolor, irritación alrededor del ano.
Estas preguntas ayudan a evaluar la gravedad de la fisura anal y a determinar el mejor tratamiento.
El tratamiento de las fisuras anales puede abordarse de diversas maneras, dependiendo de la gravedad de la fisura y la respuesta del paciente a las opciones iniciales. Algunas de las estrategias comunes incluyen:
El Botox es actualmente el tratamiento de la fisura anal más eficaz y menos invasivo. La toxina botulínica se inyecta en el esfínter anal en una única sesión, relajando los músculos y mejorando el flujo saguíneo. Esto permite reducir el dolor y lograr la curación de la fisura anal, evitando la cirugía.
El procedimiento se realiza en la consulta, sin molestias y sin efectos colaterales significativos.
En casos de persistencia de la fisura, el Dr. Frasson puede recomendar tratamiento quirúrgico (Esfinterotomía Lateral Interna) para aliviar la presión en el esfínter anal y permitir una mejor curación.
Curar las fisuras anales requiere de un enfoque integral que abarque cambios en el estilo de vida, opciones de tratamiento no invasivas y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas específicas. El éxito implica una colaboración estrecha entre el paciente y el médico para encontrar el tratamiento más efectivo y personalizado de una patología tan invalidante.
En conclusión, las fisuras anales son una afección común pero tratable. Con un estudio adecuado de los síntomas, el diagnóstico preciso y una variedad de opciones de tratamiento, los pacientes pueden recuperar su calidad de vida.
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